TARAJAL O CÓMO CUESTA PEDIR JUSTICIA EN ESTE PAÍS

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Por fin, los hechos que acontecieron en la playa ceutí del Tarajal, un ya lejano 6 de febrero de 2014, donde murieron ahogadas 15 personas, serán llevados a Juicio –salvo distinto criterio de la Audiencia Provincial de Ceuta-. Tras dos archivos de la causa e innumerables trabas en la práctica de pruebas, finalmente 16 guardia civiles serán sentados en el banquillo  acusados de homicidio imprudente y denegación de auxilio. 

Más allá de la inicial satisfacción, nos preguntamos: ¿Cómo ha podido costar tanto?; ¿Cómo disparar con pelotas de goma y lanzar botes de humo a inmigrantes,que intentan alcanzar la orilla a nado en pleno invierno, puede merecer alguna duda a un juez de un estado de derecho sobre cuanto menos, su indiciariedad como delito?

¿Por qué han tenido que ser las diferentes asociaciones pro derechos humanos las que han y estén sosteniendo el asunto en los tribunales?; ¿En qué momento la Europa de los tratados y convenciones, la que vivió el horror nazi, se convirtió en un negocio más? Les juro que cansa mucho defender lo obvio en ésta España cada día más enferma.

 Desde SOCIEDAD HUMANA mantenemos intacto el compromiso. A veces dudamos de si vale la pena seguir ante luchas tan desiguales – nunca en la historia de la humanidad se podía hacer tanto y se hace tan poco por los débiles, por los que no tienen unos mínimos básicos para poder desarrollar su vida libremente-. El dinero, el poder sin mesura, la ambición sin sentido campan a sus anchas como modelo de vida para la mayoría. Las injusticias y su impunidad a escala mundial colorean un horizonte muy negro.

Dudamos pero seguimos, al igual que muchos, pidiendo una justicia esencial. Una justicia a la que no le tiemble el pulso al condenar a los responsables de la muerte de esos 15 seres humanos. No se trata de buenos contra malos, de policías contra inmigrantes, de ricos contra pobres. No se trata de ideologías, de izquierda contra derechas. De blancos y negros. Se trata simplemente de hacer justicia para que ciertos actos no tengan cabida ni cobertura legal en nuestra sociedad.

Piensen que cuanto peor vaya la justicia, cuanto más injusta sea, mucho mejor será para los de arriba, para los que la eluden impunemente

Rubén Perdomo